
La actividad física posee la capacidad potencial de mejorar el bienestar mental de los jóvenes, en contextos favorables. Imagen: Thinkstock.
“An association could exist
–it is biologically, socially and logically
plausible and was supported to some
extent by empirical evidence”.
NHS Health Scotland, 2008
Una actividad física, realizada con regularidad –al menos de intensidad moderada y durante 5 días a la semana– se postula hoy como una necesidad ineludible para vivir una vida saludable, es decir, con el mayor bienestar posible, tanto físico, como mental y social, y se ha convertido en un mensaje dominante en el espacio mediático global dedicado a la cultura de la salud. Cuando escribo este texto, la búsqueda de la expresión actividad física en una web de salud, como www.noscuidamos.com, produce 198 resultados.
Un número creciente de estudios clínicos y experimentales apoyan firmemente la tesis de que una actividad física, aeróbica y disciplinada, realizada con la suficiente motivación, como contraposición al indolente sedentarismo, es beneficiosa para la salud, tanto física como mental.